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miércoles, 11 de marzo de 2015

Real Madrid 3-4 Schalke 04


El Real Madrid conquistó el boleto para los cuartos de final de la UEFA Champions League pese a una dolorosa derrota por 4 goles contra 3 en el Santiago Bernabéu ante un valiente Schalke 04 que los puso contra la pared y los puso a sufrir en serio.

No hay duda en que el Real Madrid no ha logrado reencontrar su niel y el Schalke 04 lo ha confirmado hoy. Los merengues, que tocaban la gloria con 22 victorias consecutivas a finales del año pasado, han ido cayendo dolorosamente y ahora ya han cosechado 5 derrotas y 2 empates en sus últimos 15 compromisos. Un cambio radical que muy probablemente tenga su origen en la pérdida de esa solidaridad que hacía que todo el plantel corriera y se sacrificara por igual.

El Real Madrid peleó por la posesión del balón pero se encontró con un Schalke respondón que no se amilanó y terminaron dividiendo el esférico en 50% por bando. Los blancos buscaban un gol pero sin convicción y con una actitud contrastante con la seguridad y confianza que transpiraba un laborioso Schalke que, muy pronto, se dio cuenta que el rival distaba mucho de aquel equipo que los había derrotado en Alemania por 2 tantos contra 0.

Si bien el balón estaba dividido, los rechaces fueron, durante todo el encuentro, del Schalke que, con ambición y, sobre todo, convencimiento, luchaba a lo largo y ancho del terreno de juego en busca de un milagro.

Bale, colgado en la hamaca, jamás se sacrificó, como tampoco lo hicieron Benzema y Cristiano, y su marcador, Christian Fuchs, hizo lo que quiso por la banda izquierda. Su atrevimiento le permitió aprovechar los espacios que la falta de movilidad y cobertura madridista le brindaban y, cuando corría el 20', mandó un disparo potente desde fuera del área que se le coló a Iker Casillas para convertirse en el 0-1 que daba vida y esperanzas al conjunto alemán.

Afortunadamente para el Real Madrid, Cristiano Ronaldo cabeceó magníficamente un centro de Toni Kroos para poner el 1-1 al 25' pese a tener la marca encima. Sin duda, la buena fortuna le sonreía al conjunto madridista que comenzaba a verse rebasado por el enjundioso Schalke.

Huntelaar puso a temblar el arco merengue al reventar un potente disparo realizado desde afuera del área en el larguero y un minuto después, aprovechó un pobre rechace de Iker Casillas que dejó el balón muerto dentro del área chica y al centro para que el alemán empujara para el 1-2 al 40'. Si bien el disparo de Meyer llevaba mucha potencia, el cancerbero merengue bien pudo rechazar a un costado pero dejó el esférico justo al centro.

La respuesta merengue no se hizo esperar y, justo antes de salir al descanso, un largo centro desde la banda izquierda encontró a Cristiano Ronaldo que, con la cabeza, volvía a emparejar los cartones, esta vez 2-2.

Para la segunda parte la situación pareció amainar gracias a una excelente jugada de Karim Benzema quien tomó un balón por la banda izquierda en las afueras del área, retrasó al 5 para meterse al área y retomar el esférico, avanzando entre la defensa del Schalke y acomodándose hasta cruzar el corazón del área para mandar un disparo colocado que venció al arquero alemán para el 3-2 que parecía sentenciar la eliminatoria pues ya corría el 52' pero el Schalke no bajó los brazos y continuó insistiendo sobre el arco madridista.

Cuando corría el 57', un largo pase desde la defensa para la banda derecha terminó cayendo a los pies de Leroy Sane quien, sin presión alguna de la defensiva madridista, se acomodó con calma y mandó un disparo bien colocado, aunque sin mucha fuerza, que terminó venciendo a Casillas que, de nueva cuenta, parecía haber podido hacer más. Era el 3-3 que volvía a prender los focos de alerta para la afición merengue que comenzaba a vivir momentos de angustia y veía cómo se les escapaba un partido que parecía controlado pese a las muchas carencias mostradas por el equipo.

Cuando corría el 84', Modric robó un balón en la media cancha pero con la mala fortuna que el esférico se escurrió entre  tres defensas madridistas y fue robado por Huntelaar quien, con más ambición y convencimiento, se escapó por el centro y venció con un potente zapatazo a Iker Casillas para poner el 3-4.

El Real Madrid vivió entonces momentos de angustia. El Schalke vio a su rival herido y empujó hacia el frente con todo lo que tenía y puso a trabajar a Iker Casillas quien, ahora sí, se comportó a la altura y salvó a su equipo de la debacle al rechazar un disparo de Leroy Sane y luego le detuvo otro a Höwedes.

Así las cosas y pidiendo el tiempo al árbitro, el Real Madrid conquistó el anhelado pase a octavos pese a ser superado por un voluntarioso Schalke 04, que terminó derrotándolos 4 a 3 en el Santiago Bernabéu.

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