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martes, 6 de enero de 2015

Crisis blaugrana


El Barcelona no las tiene todas consigo en estos momentos. Tras la ratificación que hizo el TAS sobre la sanción dictaminada por la FIFA que los margina para los fichajes en el 2015 sobrevino una sorpresiva derrota en Anoeta ante un ultra defensivo Real Sociedad, con Messi, Neymar y Alves de suplentes y, para colmo de males, un lunes en el que no entrenó Messi por una supuesta gastroenteritis, apareció José María Bartomeu, presidente del club catalán, para hacer del conocimiento público algo que se venía barajando desde días atrás: la destitución de Andoni Zubizarreta y, horas después, la renuncia de Carles Puyol a su puesto de adjunto a la secretaría técnica del Barcelona.

Zubizarreta fue arquero titular del Barcelona en su época de jugador y había vuelto al club que lo encumbró en julio de 2010 gracias a la recomendación de Pep Guardiola quien supo convencer a Sandro Rosell quien en ese momento fungía como presidente de los culés. La prensa hispana especulaba sobre su posible salida desde hace algunas semanas debido a la acumulación de sucesos negativos a su alrededor y a la desesperación de Bartomeu con miras a las elecciones de 2016 a las que podría llegar con una imagen muy deteriorada.

Sin hacer tanto ruido mediático, también ha salido por la puerta de atrás el director general, Andoni Rossich quien fue despedido de igual forma: con un simple comunicado.

Así las cosas, Bartomeu parece buscar deslindarse de Rosell mediante la decapitación de un chivo expiatorio, Zubizarreta, que le permita dar un golpe de timón más con miras a limpiar su imagen que por cualquier otra cosa. La destitución más parece un golpe populista que parte de una estrategia a futuro. Para Bartomeu, el 2016 ya está muy cerca y la actual situación del equipo no ayuda.

Ahora bien, la gastroenteritis de Messi ha sido interpretada por muchos medios como un pretexto para ausentarse de los entrenamientos más por molestias con el técnico y el nivel mostrado por el equipo que por la enfermedad en sí. Para muchos, Messi muestra hartazgo y ya comienzan a escucharse rumores de todo tipo sobre la relación del actual técnico con su máxima estrella.

Zubizarreta llegó al club en épocas de Guardiola y vivió su última etapa. Fue el principal gestor para la contratación de Tito Vilanova y sin duda se jugó su futuro al apostar por él en esos momentos. Posteriormente, firmó al Tata Martino a sugerencia de Messi y ahora fue el encargado de convencer y firmar a Luis Enrique. Durante gran parte de su gestión, fungió como vicepresidente deportivo el actual presidente del club, por lo que es obvio que Bartomeu ha sido partícipe en todo esto y su deslinde es más bien un acto mediático.

Bartomeu se empeña en reestructurar al Barcelona con miras a capear el temporal y obtener un margen de maniobra que le permita afrontar mejor las elecciones en 2016 pero ya se han elevado voces de varios disidentes que buscan forzar unas elecciones anticipadas y, con esto, la crisis en el seno del conjunto blaugrana no hace más que agudizarse.

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